Depredación de especies en el Mar Argentino - Ecología
Las luces de los buques poteros extranjeros se concentran en una zona que abarca más de 50 km de largo en el Mar Argentino
El calamar
El calamar es el segundo "producto" marino en importancia comercial para la Argentina, cuyo negocio representa unos 200 millones de dólares, y una riqueza ictícola excepcional en el mundo.El 16 de febrero de 2001 sucedió un acontecimiento lamentable, sobre el borde mismo de la Zona Económica Exclusiva del Mar Argentino, cruzando el umbral de las 200 millas marítimas -320 kilómetros- más de un centenar de buques extranjeros, adornados con potentes luces como árboles de Navidad, capturaban miles de toneladas de calamar.
El secretario de Agricultura, Ganadería y Pesca dijo en esa ocasión al diario La Nación "No tenemos jurisdicción fuera de las 200 millas, y aunque nos dé mucha bronca sólo podemos controlar que no ingresen". "Esta concentración equivale a toda la flota pesquera argentina instalada en un espacio del uno por ciento del total de la superficie de nuestro mar", graficó al mismo medio el capitán de fragata y comandante de la Escuadrilla de Exploración, Pablo Pérez Millán, para dar una idea de la dimensión del fenómeno.
La sobrepesca afecta biológicamente y pone en peligro la supervivencia de la especie en la región, además de privar de recursos económicos al país.
Esta merma no sólo afecta a los seres humanos, ya que el calamar es un eslabón importante en la cadena alimenticia, proporcionando el sustento de muchas otras especies marinas, que a veces se ven obligadas a cambiar sus rutas migratorias por la falta de alimento.
La concentración de "poteros" -como se denomina a los barcos que pescan calamar a gran escala- se repite desde hace varios años en la misma zona, ante la impotencia de las autoridades argentinas.
Entre los asiáticos también hay otros buques equipados con redes de arrastre que aprovechan las circunstancias. "Esos barcos no se ven porque no usan luces como los asiáticos y en su mayoría son españoles", afirmó el prefecto mayor de la zona Mar Argentino Sur, José María de Bardeci.
Sin embargo, la depredación no conoce sutilezas y en otros países como Chile, Perú y Ecuador extendieron su control más allá de las 200 millas marítimas. En Canadá, un país que tiene características similares a la Argentina en materia de pesca, el Ministerio de Pesca posee buques y aviones destinados específicamente a controlar la autorización oficial para desarrollar tareas de pesca en sus aguas jurisdiccionales.
También recurre al servicio de guardacostas y, fuera de las 200 millas económicas exclusivas, la tarea está a cargo de la Armada, que suele destinar patrulleros y barreminas.
En Estados Unidos el control lo desarrolla de manera habitual la Guardia Costera, pero también se recurre a la Armada cuando se ponen en riesgo los intereses marítimos.
Mientras que las patrullas de la Armada y la Prefectura Argentina están sujetas a presupuestos muy escasos como para vigilar permanentemente la zona, los funcionarios nacionales parecen estar muy ocupados en otros asuntos, discutiendo si es una cuestión diplomática que debe tratar la Cancillería, si deben presentar la documentación a la FAO (el organismo de Naciones Unidas para la alimentación) en lugar de priorizar la afirmación de nuestra soberanía y proteger a las especies que habitan nuestros mares.
Los funcionarios hablan de "crear conciencia", pero lo bueno sería que antes de hablar tomaran conciencia ellos mismos de que la riqueza ictícola argentina no será para las futuras generaciones si no se evita su depredación.
Esta nota original la publicamos en 2001 y todavía no se han tomado medidas al respecto. Desde esa fecha a la actualidad la población de esta especie, y muchas otras, han disminuido drásticamente.