argentinaXplora.com

Naturaleza
Ecología
Parques Nacionales

Geografía
Arqueología
Paleontología

Víctor Grippo

Reportaje de Julio Sánchez

Playas
Volcanes
Estancias
Salud / Spa / Termas

 la alquimia es una manera de evolucionar espiritualmente
 por medio de la transformación de la materia.

Víctor Grippo es no solamente un prestigioso artista argentino reconocido mundialmente. Es también un alquimista silencioso que pocas veces se refiere a sus fuentes de inspiración, que no son precisamente otros artistas, sino otros alquimistas.
En esta nota, Grippo se explaya sobre este y otros temas.

por Lic. Julio Sánchez

Víctor Grippo

Pesca
Ski
Montañismo
Trekking
Rafting / Kayak
Cabalgatas
Golf
Fútbol
Travesías 4 x 4
Polo

Arte y Cultura
Legado y Tradición
Gastronomía
Artesanías

Algunos artistas se reconocen por sus “imágenes fetiches”, peligrosos íconos que se repiten una y otra vez asociados a su productor como si fueran la única obra que llevaron a cabo.

En el caso de Víctor Grippo son las “papas con el cablerío”, según sus propias palabras, una papas conectadas con electrodos unidos a un voltímetro que mide la energía producida por ese tubérculo. Una obra tan humilde como poética y simbólica que alude al despertar de la conciencia del hombre, entre otras cosas.

Vida Urbana
Tango
Entretenimientos

Argentina Tips

Claro está que no es la única obra de Grippo, su Construcción de un horno popular para hacer pan, de 1972, figura hoy en la bibliografía internacional como un temprano ejemplo de arte conceptual.

No se puede dejar de citar su serie de cajas, sus mesas de trabajo y reflexión, la instalación de La comida del artista y otras tantas. La última gran muestra de Grippo se pudo ver en el Reino Unido, en Cornwall, una localidad caracterizada por su rara luz.

El título de la muestra fue precisamente La cualidad de la luz. Grippo presentó “la realidad de un proceso de construcción”, acompañada de un texto que rezaba: Ogn ´uno sta solo/sul cor della terra/trafito d´un raggio de sole/de subito, sera (Cada uno está solo/sobre el corazón de la tierra/traspasado por un rayo de sol/de pronto anochece). La líneas pertenecen a Quasimodo; “quería reforzar el sentido metafísico del lugar, el clima poético, apunta el artista. Cuando se atenuaba la luz solar me acordé del poema de Quasimodo, como un símbolo de toda la vida”, apunta el artista.

Productos / Negocios

Artículos Relacionados:

• Reportaje a Víctor Grippo

• El Instituto Di Tella

• Arte en Argentina

• Galerías de Arte

La transformación, sea de la vida en la muerte, del día en la noche, o de la materia en energía, es uno de los ejes de la obra de Víctor Grippo y también lo fue de los alquimistas, aquellos viejos precursores de la química que buscaban la piedra filosofal, al mismo tiempo que emprendían un camino de ascenso espiritual. Alguna vez, en la ciudad de Niza alguien le hizo notar a Grippo la asombrosa coincidencia de la alquimia con su obra y poco después lo guiaron a una capilla cuyo techo lucía pinturas con temas alquímicos.

Grippo, que estudió química y luego accedió a la poética de la alquimia, no desconoce el tema: “El alquimista trabajaba con una soror o compañera que determinaba el momento adecuado, espacio y tiempo. El hombre hacia la obra ayudado por ella, era casi un axioma. A la mesa de operaciones le llamaban altar, allí se practicaba el Arte Real, pero antes rezaban.

Simbólicamente eran el sol y la luna en conjunción. Los hornos no se apagaban nunca, el fuego era continuo. Cuando los alquimistas transmutaban la materia sufrían al mismo tiempo una trasformación interna. Es decir que al mismo tiempo era un compromiso absoluto de alma. Es un criterio muy interesante, y un poco pasa en el arte. Creo que era Pablo Picasso quien decía que con cada obra el artista mutilaba parte de su cuerpo”.

Seguramente ha conocido textos como el Rosario Philosophorum o Aurora Consurgens.

En ellos hay un intercambio con el mundo cristiano y la cábala judía, A mí particularmente me interesa mucho la poesía que hay en la alquimia. Creo que el arte debe desmaterializarse, perder peso, alivianarse, aligerarse. Lo dice Italo Calvino en Nueve propuestas para el arte. En la alquimia esta todo escrito en la Tabula smaragdina (Tabla Esmeralda): “Separarás, con gran esmero y paciencia, lo sutil de lo grosero”. Mucha gente no lo entiende, pero depende de la manera en que uno lo ordene, desde qué punto de vista se incorpora. Si yo lo leo como un relato no me importa, en la medida que trato de comprender se abren mil imágenes, mil posibilidades, y uno penetra en el contenido de los textos. Es igual que leer cualquier libro sagrado, como la Biblia o el Corán.
Víctor Grippo
Víctor Grippo
¿Le interesa el Tao Te King?
Ah, sí. Tal vez se pueda decir que sea el libro que más me interesó; sin tener ninguna inclinación particular por Oriente. Se le atribuye a Lao Tsé. Creo que si tuviera que llevar un libro de cabecera podría ser este. También se puede profundizar el Antiguo y el Nuevo Testamento en términos de comprensión simbólica.

El Tao es poesía.
Si, pero sin regodearse en la poética, es filosofía sin establecer axiomas, es casi religión sin intentarlo. Es fantástico.
Los textos son tan breves que parecen participar de este proceso de inmaterialidad del que hablamos.
En una parte dice: “Son treinta los radios que convergen en el cubo de la rueda, pero lo útil para el carro es ese espacio vacío”. ¿Qué es una rueda de carro? Está el perímetro, el centro, en términos generales es la existencia y no existencia simultánea, en un solo acto. Imposible de demostrar. Sin embargo está esa idea de centro está donde se apoyan los ejes de un carro.







 
BUSCAR HOTELES
 en Buenos Aires

Víctor Grippo ¿Cómo hace un artista que trabaja en consonancia con todos estos temas para no caer en la ilustración?
Yo lo digo en broma, pero es la mejor manera de expresarlo, hay que seguir el famoso mandato de Jehová ”no representarás”. No hacer una segunda versión de la realidad sino acrecentar la realidad misma. De la misma manera pienso que no hay que hacer algo que exista en la naturaleza, sino mostrar a la naturaleza misma, en los menores fenómenos con que se expresa.
Tal como lo hicieron algunos artistas “povera”, como Jannis Kounellis que presentó doce percherones en una galería.

Sí claro, ahí estaba el sudor, la fuerza de las patas, diez veces la de una caballo de los nuestros. Es un terreno con sorpresas, tiene mucho de inefable, de poético y al mismo tiempo de real.

Y de conciliación entre el arte y la vida.
Sin encasillar mi obra, creo que tiene que ver más con los procesos que con manifestaciones de la vida. En el arte es muy difícil establecer definiciones, todas pueden ser erróneas y todo puede ser muy relativo.

¿Le pasó alguna vez sentirse cansado del arte?
Me cansé de leer libros de estética aplicada a la interpretación de las artes de museo, cuando algunos textos alquímicos involucraban mucho más. Leer el texto de un crítico de arte me resultaba menor en relación a algunos textos que no estaban escritos específicamente para el arte, sino para el Arte Magna o el Arte Real como le llamaban. Es algo mucho más abarcador y por lo tanto más próximo a lo poético.
Aunque el medio no siempre esté de acuerdo con esta perspectiva.
Porque entra en un tembladeral.

No hay que olvidar que el medio se construye, gracias que es así, con los coleccionistas y aquellos que ven a la obra de arte como tal pero también como valor de cambio. Todo aquello que pueda cuestionar ciertos valores muy establecidos y reiterados puede ser peligroso. Pueden descreeer de la obra que tiene en su casa, de su inversión.

Debería ser a la inversa, son aportes mucho mayores.
Sería un aporte para los más inteligentes o sagaces, para los que participan más profundamente con las dimensiones del arte, con el drama del artista en estado de creación, en el intento de crear algo. Esa gente puede ser verdaderamente útil, son los verdaderos intérpretes, los soportes materiales del artista
.
Hace algunos años, en 1995, se organizaron muestras muy grandes de sus obras en Europa ¿Pensó en una muestra de esas dimensiones en Buenos Aires?
En Buenos Aires hice una, bastante más incompleta y previa, en la Fundación San Telmo, donde no estaba lo mismo que en la galería Ikkon de Birmingham y en el Museo de Bellas Artes de Bruselas. En ambos casos llené la galería. Algo que me perturba bastante es que todo el mundo quiere ver las papas con el cablerío y lo tengo que hacer porque la piden, es como un clásico mío. La primera imagen fue concebida en 1970, seis años más tarde hice otra obra con la misma idea pero con otro espacio para el Cayc (Centro de Arte y Comunicación), Más tarde usé los mismos materiales para poder mostrarla en la Bienal de San Pablo. Después se fue adaptando a espacios diversos en distintos lugares del mundo.

Las obras exhibidas corresponden a la muestra que se llevó a cabo en la Galería Ruth Benzacar
de Buenos Aires, mayo de 2001.

 

Julio Sánchez

 

© Copyright. argentinaXplora.com
2000 - 2024
Todos los derechos reservados
Home